sábado, 31 de enero de 2009

Mirando de Enfocar





Despues de varios meses dejando entre el polvo y las telarañas la decepción que supuso Batman, vuelvo a la carga para suscitar el panorama del cine actual, y algún que otro pensamiento entre psicodélico y “trascendental” todo en un aparente énfasis reflexivo xD. Asumo que mi excusa ha sido regodearme dentro de mi egocentrismo en esta última crítica, una se vuelve cascarrabias cuando intentan presionarle a hacerle ver cosas que no hay, o lo peor de todo, catapultarla como un referente del género. Hace algún tiempo ya, machaco por todo el alrededor mi frustración de encontrarme con directores que creen que la originalidad radica en destacar a toda costa con su aparente radicalidad. ¿Qué podemos decir por “original”? normalmente los que me rechinan suelen ser aquellos que se centran en tramas enrevesadas con giros bruscos o metidos en calzador, luego también tenemos el otro lado “esteta” (nótese el entrecomillado, cada cual con lo que entienda por algo estético) construyendo secuencias videocliperas, que tanto arrasan en la actualidad (escenas de acción que terminas por no enterarte de quien es el perseguido y quien es el cazador) o ofreciendo una estética a la cinta con un visual completamente “alterna”, un ejemplo vendría a ser Sin City, Sky Captain o la Ciencia del sueño, Beowful, 300…etc.

“Todo esto es mierda”, como diría la prepotente Diane Keaton en Manhattan, todo ello, en un tono cómico y provocador, por supuesto. Tampoco soy una amargada que piensa que como el cine “retro” nada, hay esperanzas, que aguantan todo su peso en directores de vieja escuela como Eastwood o Tarantino, por mencionar los que están más en la palestra, y algunas sorpresas de por medio, Paul T.Anderson, James Gray , David Fincher, o inclusive Gus Van Sant, aunque éste último muy irregular, pinchando con el biopic de Harvey Milk.

La búsqueda de la autenticidad es tramposa, y puede jugarte malas pasadas, tanto es el extremo de concebir el público como la máxima expresión del cine que uno realiza, como la persecución de lo radicalidad vacua que tiene tanto o más en cuenta al público, es decir, éste último grupo propone ideas antes no catadas, pseudoprovocativas con procedimientos vanguardistas, sobretodo haciendo hincapié en los usos de la tecnología actual, todo ello sería fabuloso si el resultado fuese coherente y no un trabajo pretencioso de snob, que termina dejándome el sabor de un pavo real sin nada que enseñarme verdaderamente.

Para poder perfilar esto último podría citar a: Aronofsky (¿quien no mira en el google su apellido? ya tengo un truco: pensar en fosquitos) Boyle, Gondry, Lars von Trier … entre muchos.

Y es que a veces tengo la sensación que todos los caminos a los que se acogen noveles directores son caminos de puertas ya iniciadas, no me refiero a influenciados, (pues es complejo eludir ello si te has empapado de cine) sino, más bien imitadores de esencias: sea las interpersonales de W.Allen o E.Róhmer, los collage setenteros de historietas frescas de Tarantino (ejemplo de director tremendamente influenciado sin llegar a ser imitador de pega), las psicodélicas de Fellini, la artesanía del suspense y la intriga de Hithcock… y así un largo etcétera.

Puede que todo ello, me lleve a la conclusión de que mi exigencia conlleva más frustaciones que quién le pide poco a una película. También cuenta aquí la prioridad que cada uno pueda darle el cine en su vida, no estoy adoctrinando, esto como siempre son visiones absolutamente subjetivas, aunque intento hacerlas de vez en cuando algo objetivas, suele ser más didáctico, díficil también cuando el tema a departir es arte. Cine cine cine….no es una mera vía de escape ante la realidad, diría que forma parte de ella, sin darme cuenta, no todas las películas que una persona ve a lo largo de su vida son identificativas en cada uno, pero si es cierto, que si uno investiga, observa y analiza, ve en el cine una herramienta, más que potente, para jugar con los límites de nuestra mente y poner en tela de juicio nuestra doble moralidad, y las distintas personalidades que podemos jugar en un mismo día, sin ser conscientes de ello, claro…siempre diremos al ver los créditos finales “Esto es solo cine”, obviamente lo es, pero las películas que realmente han marcado de algún modo han sabido confundirla con nuestra realidad de forma natural, o nos la han mostrado dispersa para no ser simples ojos que asienten, sino ser capaces de ser críticos y poder comprender puntos que, aparentemente en nuestra realidad, son completamente contrarios a nuestros pensamientos. También las hay que han canalizado el cine para ensalzar belleza poética en secuencias, que seguramente hayamos visto millones de veces en directo y nos recuerden que no es solo bello en una gran pantalla. Solo el hecho de sentirte más vivo que nunca, es causa de cine, ya. Melancolía, amor, alegría, euforia, dudas, decisiones…. Soy persona de saber combinar una elaborada caracterización de personajes como una historia sólida y completamente coherente a los personajes construidos. No hay límites, sea una base documental, experimental, de cualquier género, siempre y que el ambiente no esté cargado de radicalismo hueco e insulso que no deja de ser un escaparate para llamar la atención de algo que en realidad no se posee, estilo propio natural.

Al final como todo, las contradicciones en las personas, en la vida, son lo más atractivo en el cine, y nada es incompatible hasta que se demuestre lo contrario.

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